FIBROMIALGIA: DOLOR E INCAPACIDAD
Cuando estás enfermo de fibromialgia, parece como si
una parte de ti se fuese para ya nunca más volver. Recuerdas como eras antes y
eso a veces te hace caer en un pozo del que resulta bastante difícil salir.
Pueden ser enfermedades que resulten obvias a los
ojos de los demás, o como en el caso de la Fibromialgia, puede que tu interior
se esté destruyendo poco a poco y que no sea perceptible a simple vista,
llevándote esto a un vacío en el que la incomprensión y tus propias
limitaciones se apoderan de ti día tras día. Llevándote a un estado de
incapacidad total.
Este mayo se ha celebrado el día
internacional de la Fibromialgia, se trata de una enfermedad crónica que
principalmente produce sueño no reparador, cansancio extremo y dolores
musculo-esqueléticos difusos. Aunque realmente, la fibromialgia cuenta con más
de cien síntomas.
Hoy en día afecta a un 5% de la
población, en su mayoría mujeres.
Todavía no se sabe exactamente qué la
produce, tampoco existe una cura; lo que sí resulta claro es el nivel de
incapacidad que produce en la vida de los afectados, algo que lamentablemente,
no parece tenerse muy en cuenta en los tiempos que corren.
Actividades como hacer la cama
resultan de los más dolorosas, algo tan necesario como divertirse, ya sea
bailando o simplemente riendo, conlleva a una fatiga extrema que produce
taquicardias y falta de aliento. Jugar con tus hijos o correr tras ellos se
vuelve imposible.
Tu vida cambia por completo, dejas de
ser quien eras para convertirte en alguien incapaz de llevar una vida normal.
La falta de sueño reparador afecta
muy negativamente a tu mente, produciendo lagunas, falta de reflejos , de
pensar con claridad e incluso falta de coordinación. Se ha demostrado que los
enfermos de fibromialgia no mantienen una fase REM lineal mientras duermen,
sino que existen unos picos alterados que evitan que sean capaces de tener un
sueño profundo. Es como si no durmieses.
La frase "me duele todo"
se repite a diario en la vida del enfermo de fibromialgia.
La lucha empieza ya al levantarte de la cama cada mañana,
con un cansancio extremo,
la rigidez se apodera de tu cuerpo, tu primer minuto del día ya resulta
realmente agotador. Una vez la superas, es posible que la energía te dure tan
solo un par de horas, y después de esto, vuelves a estar exhausto, como si
acabases una jornada intensiva con guardia incluida.
El umbral del dolor es tan bajo, que una simple caricia o
abrazo hace que te arda la piel, haciendo esto especialmente complicado el
contacto físico.
Te duele
todo, a veces
incluso las uñas o el pelo. Los dolores solo parecen reducirse en reposo, pero
no puedes permitirte estar todo el día en la cama, así que prefieres luchar
contra ello y llevar una vida lo más normal posible, aunque esto repercuta
negativamente en tu salud creándote nuevos brotes debido a tu alta exigencia.
Te sientes cansado, te sientes
dolorido, incapaz, inútil.
Todo esto te lleva a una profunda
depresión de la que los antidepresivos no te ayudan a salir, la única forma de
superarlo sería dejar de pensar en ello, pero lamentablemente es imposible,
tienes que trabajar para comer, para pagar tu casa y para mantener a tus hijos,
y cada esfuerzo, por mínimo que sea, te recuerda tus limitaciones.
La gente no te comprende, tienes una enfermedad invisible,
no se ve, pero la llevas por dentro. Y lo peor no es la falta de comprensión,
lo peor es que pongan en duda lo que sientes. Tras pasar unos años de médico en
médico hasta que por fin te diagnostican la fibromialgia,
tienes que enfrentarte a que no te crean, que te llamen vago, que te digan que
te haces la víctima; que no sólo no te ayuden, sino que te hundan más en el
fango.
La medicación no ayuda demasiado, tan
sólo consiguen aturdirte más, y eso si tienes la suerte de no verte afectado
por los efectos secundarios. Te recomiendan ejercicio físico, dentro de tus
limitaciones, claro está. Es posible que puedas hacer estiramientos durante
cinco minutos, para luego no poder levantarte del sofá durante dos días.
No puedes trabajar, ni atender tu casa, ni a tu familia.
Pero tampoco puedes tener una calidad de vida aceptable, ya que aunque la fibromialgiasea una
enfermedad crónica y que produce incapacidad,
no está realmente reconocida a la hora de solicitar una minusvalía. Si, así es,
es una enfermedad real, pero al parecer para algunos no lo es, algo que resulta
un tanto humillante.
Pocas personas han conseguido ser escuchadas, no sin antes
verse en la obligación de exponer su caso ante un juez agotando todos sus
ahorros en abogados y forenses, para después obtener una pensión mínima. Pero
si la fibromialgia te afecta siendo joven, cortando de
pleno tu vida, no tienes nada que hacer, porque no has cotizado lo suficiente.
Y da igual si todo esto te complica la
existencia, si aparte de todo lo anteriormente nombrado, te reduce
drásticamente las posibilidades de ser dueño de tu propia vida.
Mucha gente joven ve imposible algo
tan simple como formar una familia, no solamente por miedos a cerca de sus
problemas físicos, sino porque las relaciones personales o de familia no suelen
llegar a buen puerto. No todo el mundo lo acepta, ni mucho menos aprenden a
convivir con un enfermo.
Los fracasos de pareja, laborales,
familiares…o simplemente sentirte fracasado como persona por no poder hacer lo
que te pide el cuerpo o lo que te manda el corazón, no solo provocan
depresiones, sino que todo esto conlleva a sentirte destruido y muchas personas
han decidido poner punto y final a su sufrimiento.
Estas personas merecen ser tratadas
con los mismos derechos que cualquier persona, porque son personas, y sólo por
ello tienen derecho a tener una vida digna, tienen derecho a sonreir, a
disfrutar de la vida y de su familia, a ser comprendidos y aceptados, a
sentirse valorados y respetados. A sentir apoyo por parte de médicos e
instituciones públicas. Tienen derecho a alimentarse y vivir bajo un techo que
poder costearse.
FIBROMIALGIA: DOLOR E INCAPACIDAD
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